Quería escribir algo sobre J.D. Salinger pero cada fecha de su vida (conocida) ya ha sido comentada en todas las necrológicas del mundo. Y las reseñas de su El guardián entre el centeno vuelven a ocupar las portadas. Ahora nos quedan meses de reedición de sus obras, recopilación de sus relatos, cartas ocultas,... Una fama que este autor siempre rechazó.
Como el protagonista de El guardián entre el centeno, Salinger fue un rebelde adolescente con la prensa y un amante celoso de su intimidad. Un aislamiento elegido que aumentó aún más con la etiqueta que recibió su obra de "libro de cabecera para asesinos y psicópatas".
Y como quería escribir algo y no sé cómo hacerlo para no decir lo mismo que el resto de medios, os dejo un fragmento de El guardián entre el centeno que define cómo se queda Nueva York sin este cínico y brillante escritor:
"(...) más deprimente todavía era que las calles estuvieran tan tristes y solitarias a pesar de ser sábado. Apenas se veía a nadie. De vez en cuando cruzaban un hombre y una mujer abrazados por la cintura, o una pandilla de tipos riéndose como hienas de algo que apuesto la cabeza a que no tenía la menor gracia. Nueva York es terrible cuando alguien se ríe de noche. La carcajada se oye a millas y millas de distancia, y hace que uno se sienta aún más triste y deprimido".
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1 comentario:
Una pedazo de novela, sin duda. Se va Salinger pero se queda su obra.
Un saludo.
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