Más de 100 fotos realizadas entre 1975 y 1989 ocupan uno de los espacios del museo. Un centenar de imágenes que se rozaban con sus marcos. Casi apiladas (desde mi punto de vista), las imágenes no tienen espacio para respirar. Y es que la fotografía de Robert Mapplethorpe necesita aire, como necesita que la acaricien.
Tachar a este fotógrafo de pornográfico es uno de los errores de aquellos que no saben apreciar la magia de sus imágenes. Maestro de las texturas y la luz será uno de los artistas más recordados en la historia de la Fotografía del siglo XX. Como si de un humanista se tratara, sus cuerpos musculados son un bello estudio anatómico. Más allá de lo sexual, Mappelthorpe buscó siempre la perfección técnica y compositiva, y su cuidado por el detalle se aprecia también en su serie de las flores.
Una suerte poder ver a uno de mis fotógrafos favoritos en "casa". Y a quien no le guste, ya lo dijo el cartel: sabías a lo que venías.
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