lunes, 8 de marzo de 2010

Paco Roca y su "laberinto de arena"

Hace varias semanas terminé de leer Las calles de arena, uno de los últimos cómics de Paco Roca, ...pero lo dejé en la estantería. Estuvo reposando. Mucho contenido y mucha mucha diferencia de su anterior trabajo Arrugas. Difícil de asimilar que es el mismo autor y a su vez admirable su capacidad para abrazar temas tan diferentes como el alzheimer (en Arrugas) y el laberinto de los sueños inalcanzados.

Lleno de referencias a la literatura y la filosofía, Las calles de arena relata la vida circular de un barrio en el que todos los personajes siguen una rutina faltos de la decisión para cambiarla. A este vecindario llega por casualidad (o por destino) el protagonista de la obra, "el hombre sin nombre". Sin nombre y sin firmeza a la hora de afrontar el compromiso con su novia.

Como Alicia cuando fue a tomar el té con el sombrerero, el protagonista está convencido de la locura de sus compañeros. Un hombre que espera a la muerte dentro de un ataúd, la mujer que escribe cartas en lugar de hablar o el conde Diógenes que gira su casa para evitar el sol, son algunos de los sujetos que, en su historia personal, traslucen reflexión y existencialismo. El predominio de el color en la página acorde con la estancia y el aura del personaje que aparezca en la viñeta contribuyen a rodear a esta novela gráfica de un halo onírico.

Esta obra es un cómic que no supera a Arrugas, sino con el que Paco Roca se supera a sí mismo y a los que quisieron encasillarle en el cómic social. Las calles de arena es un arcoiris laberíntico que se esconde tras el espejo de Alicia en el País de las Maravillas. Y es que, al fin y al cabo, "el camino que se debe tomar depende de donde se quiera ir".

No hay comentarios: