lunes, 18 de abril de 2011

La fotografía y la muerte

Guido Boggiano, etnólogo y fotógrafo italiano, desapareció durante una expedición por Paraguay. Poco después se encontró su cuerpo, su cámara y su cabeza enterrados. Al escuchar esta historia todo el mundo recuerda la leyenda tantas veces repetida de que algunas tribus consideraban que la fotografía era una forma de robarles el alma. Separada la cabeza del cuerpo el fotógrafo no podía seguir haciendo el mal. La relación muerte-fotografía no fue sólo una preocupación de los indígenas...

Roland Barthes entiende la imagen como lo que fue y ya no será nunca más y que "sólo adquiere su valor pleno con la desaparición irreversible del referente, con la muerte del sujeto fotografiado, con el paso del tiempo". Alberto García-Alix, en cuyas fotos se respira expiración, coincide con Barthes en su mirar la muerte: "Hacer retratos es, de alguna manera, coleccionar cadáveres". La fotografía es para García-Alix su gran droga; y como todas las drogas esta oscila del goce y el sufrimiento. El placer del trance en el que se sumerge al fotografiar y el dolor de ver pasar las hojas del álbum de aquellos que fueron al lugar "de donde no se vuelve".

Graciela Iturbide ha trabajado en profundidad con los indígenas mexicanos. Según Iturbide, hay dos motivos por los que las tribus ven con miedo la fotografía: el temor a que les roben el alma -como en el caso de Boggiano- y a que les hagan daño a través de la imagen. Muchos curanderos clavan alfileres en las fotografías para conseguir los deseos del cliente. Sin embargo, existe la paradoja de que, en esas mismas zonas, cuando alguien moría, se llamaban al fotógrafo para retratar al muerto. Para Iturbide, como para los indígenas, la foto es una manera de mantener vivo al referente: "Aunque el papel tenga 150 años de vida, el retrato que saco de la persona que va a morir es una imagen que le va a quedar a la familia, que queda en la memoria, en una exposición o un libro, o en la historia" (...) Una frase de Cocteau sobre el cine que la mexicana tomó para la fotografía define perfectamente su pensamiento sobre la muerte: "La fotografía es la única manera de matar a la muerte".

¿Entonces es la fotografía el muerto entre los vivos o el vivo que camina hacia la muerte?

Foto: Graciela Iturbide
Biblio: "La cámara lúcida", Roland Barthes y "Conversaciones con fotógrafos", La Fábrica

3 comentarios:

Gabriel dijo...

Hola! Muy bueno el post y tus blogs, de uno enganché a otro. Me gustaron particularmente tus posts sobre Uruguay y la uruguayez. Saludos!

Marie... dijo...

Muchas gracias Gabriel!
Nice Tumblr ;)

renata dijo...

Es ambas cosas :)
vale responder eso? creo que es así