viernes, 12 de octubre de 2012

Dorothea Lange, los rostros de la Depresión

Hablar de la Guerra Civil española es hablar del miliciano de Capa; pensar de la captura de Bin Laden es recordar aquella foto de Obama y su equipo asistiendo compungidos en directo a su cacería. Si el período histórico que se nombra es la Gran Depresión estadounidense, una mujer con mirada de madonna, la mano sobre la cara y varios niños a su alrededor empezará a dibujarse ante los ojos. Es el famoso retrato Migrant mother de Dorothea Lange, la fotógrafa de la Gran Depresión. 


Comenzó retratando a las clases altas de la sociedad, pero fue tras el crack del 29 cuando su mirada se desplazó hacia quienes serían a partir de entonces los protagonistas de sus imágenes: los individuos y familias con menores recursos económicos. Personas que se destacan en la multitud para dejar de ser un número y volverse rostros individuales. Y que, aún en la miseria absoluta, conservan la dignidad y la actitud de resistencia. 

Son las posiciones corporales, los primeros planos o los detalles en los retratos a través de los cuales se lee y se entiende la Gran Depresión. A los siete años Dorothea Lange contrajo poliomielitis, que le dejó una cojera en la pierna derecha y problemas de salud a lo largo de toda su vida. Esta dificultad probablemente le hizo desarrollar una conciencia corporal más profunda y despertó su capacidad para capturar el lenguaje no verbal, tanto como reflejo de los pensamientos individuales como de las relaciones entre los diferentes sujetos

(...)

Estos son sólo algunos fragmentos de "Los rostros de la Depresión" (El País Cultural 12/octubre/2012)

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