miércoles, 17 de abril de 2013

Las palabras y la violencia


Últimamente, como española que vive lejos desde hace tiempo, me levanto con un profundo dolor de estómago. La culpa la tienen las noticias que vienen del otro lado del océano y que consulto prácticamente en cuanto abro los ojos. Un día es una declaración o una propuesta de ley, y otro es simplemente una estupidez tamaño dinosaurio que se le ocurrió al politicucho de turno. Lo cierto es que a veces me dan ganas de no abrir los diarios para evitar ese dolor de estómago, ese sabor a bilis en la boca. Pero no puedo, porque creo que mi deber es seguir informándome. Aunque sean estupideces que salen de la boca de un sapo hay que seguir ahí, escuchándolas.

Hoy ya parece que no somos más "espíritus aventureros", como afirmara el sapo con traje llamado Cospedal hace unos meses. Ahora la señora Bañez decidió que somos "movilidad exterior". Lindos eufemismos para evitar llamarnos como lo que de verdad somos, emigrados. Emigrados Económicos. Como lo fueron nuestros abuelos.

Está mal que yo llame a la señora Cospedal sapo. Es feo, es violento y la violencia está mal. Cuidado con las palabras, me repito. Porque no se puede caer a su mismo nivel, pero es que las palabras dañan, señora sapo, las suyas también. Violencia no es sólo el chocar del cuerpo contra cuerpo.

Violencia es que pongas a "los votantes del PP" contra los otros, que separe a la población en lugar de unirla, de comprenderla, de ponerse en su lugar. Que no piensen en plural y que ni siquiera lo disimulen.

Los escraches son violencia. Pero por supuesto que no es el mismo grado de violencia que compararlos con el nazismo. Ni tampoco que la nueva ley hipotecaria, que los seis millones de casas vacías, que "emparentar" a los movimientos antidesahucios con ETA.

Violencia es la presión administrativa y la criminalización de la sociedad. Son los 6.000 euros de multa por participar de los escraches, las pruebas falsas en las mochilas, las multas, las identificaciones masivas.

Violencia es gastar tiempo y recursos en cambiar nuevamente la ley del aborto.

Violencia son las fotos con narcos, los corruptos que salen airosos, las sicavs, los contratos en Qatar.

Violencia es que cada mañana se desprecie a los que estamos fuera con eufemismos. Seamos o no aventureros no es vuestro asunto, lo que sí lo es es que muchos están fuera por vuestra culpa, por vuestra puta culpa, como decía la campaña mexicana en Twitter. 

Y por todas vuestras mierdas, con todas vuestras palabras y leyes violentas, con vuestro gobernar para los que me votan hasta que se acabe el crédito y le toque a otro partido, no hacen más que alejarnos más y más de ese país, de sentirnos orgullosos, de querer volver.

Señora Cospedal, señora sapo, usted es realmente un ser violento, un ser muy peligroso para el país.

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