martes, 12 de junio de 2012

Carpas (WIP)

...Al Retiro en cambio solía ir de mañana. El estanque de las barquitas sólo era para ella una piscina cuadrada alrededor de la cuál la gente pasea los fines de semana. Pero lo que más le recordaba al mar no era el agua, sino las carpas que vivían allí. No porque el Mediterraneo tenga especialmente carpas, sino porque imaginaba que en sus profundidades debía haber animales tan horribles como aquellos. Y es que una cosa son las carpas koi de colores del jardín japonés, que incluso se mueven con armonía oriental, y otra son los monstruos madrileños. 

(...) Cuando alguien tira un trocito de pan el agua desaparece y sólo se ven bocas grises que parecen fagocitarse en una infinita cadena de moebius. Miden casi un metro y al chocar entre ellas producen un fuerte golpe sordo. A Renata aquellos bichos le producían verdadera repulsión, pero aun así no dejaba de ir cada semana a mirarlos, como si aquello fuera un catalejo por el que observar el fondo del mar.


Shino Arihara

El texto es un trocito de un texto mío actualmente en proceso. Cuando vi este dibujo me enamoré del trabajo de esta ilustradora, Shino Arihara, y descubrí que era la imagen perfecta para la historia que tenía -y aún tengo- en la cabeza.

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