Recorrer Venecia corriendo tras el paraguas de una guía. Comerse un
sandwich sentado en la vereda. Los ómnibus turísticos sin techo que
vocean en varios idiomas las maravillas de la ciudad. Encontrar un lugar
en la playa donde poner la toalla en plena temporada. Las colas de los
parques acuáticos y el retrato de la montaña rusa con cara de asfixia.
Y, por supuesto, las cinco fotos anteriores a conseguir la perspectiva
correcta en la que toda la familia empuja la Torre de Pisa.
Martin Parr es como el niño de la pelotita, el fotógrafo molesto. Aquel que retrata lo que a nadie le gusta tener en el álbum de fotos, las verdaderas vacaciones de la clase media mundial. En una mirada vacía la fotografía de Parr parece que sólo busca un impacto de color, el chiste y lo kitsch. Pero esta es también una conclusión vacía. Su fotografía consta siempre de varias capas y su reflexión, disfrazada de gag, es profundamente crítica y pesimista.
"Un álbum de familia es pura propaganda, es mentira. Los niños lloran
muy a menudo", asegura Parr. En su serie Autoportraits, el artista
participó aún más de esa crítica a lo vulgar alternando los roles y
pasando de ser del sujeto fotógrafo al objeto fotografiado. Los autores
anónimos son fotógrafos de oficio de diferentes partes del mundo
expertos en la fotografía familiar y el montaje "trucho". En este
trabajo Martin Parr aparece dentro de un tiburón, con un turbante árabe o
posando delante de un decorado de papel de pared demodé. La actitud del
artista en todas las imágenes es casi la misma, una mueca muy británica
que se debate entre la impasibilidad y la ironía. Su autoproclamado protagonismo no es sólo una llamada de atención: se
pone en el centro de mira porque él es "parte del problema". Un problema
que critica y del que participa.
Martin Parr es un excelente agitador de masas que sabe hacia dónde y
cómo debe apuntar para crear la polémica: "Luxury habla de la
sostenibilidad, pero por supuesto soy un hipócrita, soy rico también. Me
encanta explorar mis propias hipocresías". Un hombre lleno de
contradicciones cuyo don es inducir al público al enojo por ser
políticamente incorrecto y hacer la foto justo cuando la sociedad se
muestra en su faceta más ridícula.
Lee el artículo completo en El País Cultural (27/enero/2012)
2 comentarios:
LO ADOROOOOOOOOOOO
www.modernasdebarcelona.com
(:
XD
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