miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mark Twain: Niños malos y niños bobos

Aprovechando el Doodle de hoy, que conmemora el 176º aniversario del nacimiento de Mark Twain, recupero un artículo que escribí sobre la reedición ilustrada su libro Historia de un niñito bueno. Historia de un niñito malo. El ilustrador de la última versión publicada por el Fondo de Cultura Económica es Ricardo Peláez.

Niñito malo por Ricardo Peláez
Hay libros que en el momento de su publicación rompen con las convenciones sociales y los valores de lo "políticamente correcto" de la época. Libros que conllevan la aparición de detractores y fervientes seguidores. Sin embargo, cuando esas obras, al reeditarse siglo y medio más tarde siguen teniendo la misma actualidad de argumentos, entonces lo que queda es preguntarse si algo ha cambiado en los últimos 150 años. 

Una reflexión que siempre se hace si el asunto atañe a "temas importantes", es decir, aquellos que tratan de "personas importantes", también llamados adultos. Adultos que leyeron hace muchos años cuentos con moraleja y que andan aún buscando la frase pedagógica que le dé una utilidad a lo leído. Porque, en la literatura para niños lo malo debe ser castigado, y además es feo; mientras el bueno, siempre rubio, protagonista, consigue el cariño de todos con su valentía y buen hacer. Historia de un niñito bueno. Historia de un niñito malo probablemente decepcionará a aquellos que sigan creyendo en esa dicotomía. (...)

Además de una crítica a los límites de acero impuestos a la literatura infantil, Mark Twain pretendía desacralizar la maldad, con el humor negro como arma del crimen. En definitiva, "pecar es humano". Una máxima que implica la aceptación de los errores y acciones no del todo éticas como una característica inseparable del ser humano, desde sus primeros años de vida.






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