Con esta curiosa temática los diferentes artistas han explorado la invisibilidad en motivos, técnicas y reflexión. Aunque artistas como Gina Zacharías o Harvey Opgenorth han optado por la mimetización camaleónica sobre fondos (la primera de amas de casa sobre la tela de las paredes, y Opgenorth de hombres sobre pinturas abstractas); la mayoría ha relacionado el camuflaje con la guerra y los uniformes. Una triste mayoría, al menos desde mi punto de vista, que refleja la asociación negativa que hacemos de este término. Guerras, conflictos y lucha de intereses que llena el sótano de la Casa Encendida y todo el globo terráqueo, de soldaditos tipo arrastrándose entre la maleza con su fusil y un uniforme verde.
Los que más me han gustado han sido Liu Bulín (abajo), con su metáfora del hombre invisible. Modelos pintados con la misma tonalidad y detalles que los fondos y fotografiados posteriormente; y Les femmes du Maroc de Lalla Essaydi (dcha). Bellísimas fotos de mujeres en el que las inscripciones en árabe de las telas, enmarcan sus rostros. Aunque también hay que destacar el trabajo de Joan Fontcuberta y sus "caballeros de la mano en el pecho" y de Chema Cobo.
Por último, una curiosidad por la que hay que visitar la exposición: el camuflaje de los nombres de los artistas. Un simpático guiño que la institución hace al espectador.
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