viernes, 27 de junio de 2014

Hasta pronto, Montevideo

Y de repente vuelve a ser invierno y ya pasaron cuatro años. El sábado me vuelvo a ir de Uruguay. El eterno ir y volver e ir. La nueva vida, el empezar de cero, las despedidas, la adrenalina, el trozo de alma que se queda, las palabras bonitas,...

Esta tarde una amiga querida me preguntó, "¿qué te llevás y qué vas a extrañar?". Aquí va la respuesta, para la persona que me la hizo y para todos aquellos que, aunque no lo sepan, son parte de mi propia transformación, porque serán para siempre parte de mí.



Me llevo...

40 kilos de libros sobre fotografía
Un hijo-gato llamado Gregor
La Memoria Histórica
Un importante incremento de mi cultura general gracias a todo lo que leí durante cuatro años editando a los capos colaboradores de El País Cultural
Y el aprendizaje de que mientras más lea, mientras más crea aprender, más inculta me sentiré
Me llevo el yoga
"La plata va y viene"
La paciencia. Después de vencer a Migraciones, ya nunca un trámite burocrático podrá conmigo
Cambié el "descubrimiento" por la "conquista" de América
Los perfectos veranos
Amigos eternos
La impuntualidad
Aprendí de la capacidad de sobrevivir uruguaya, de llegar a fin de mes, de arreglarte con poco, y que no, no necesitás más ropa, aunque esa remera te mire con ojos de llama. Y sobre todo, lo que no necesitás es pagar 1.500 pesos por ella
Me llevo un DELF
Más libertad, más feminismo y más intolerancia a lo injusto
Bolivia, el sur de Argentina, Mercedes, Buenos Aires y Chile
Las malas experiencias, las personas tóxicas y las decepciones pasan, siempre pasan
La sensación de ser mitad uruguaya en muchos aspectos de mi personalidad actual
Mucho amor


Voy a extrañar...

A muchas muchas personas
Tomar mate en la rambla al solcito de primavera/otoño
La dulce manera de hablar
Salir a bicicletear por en medio de la calle cuando juega Uruguay
El olor a mate, el provolone y los bizcochos
Las calles llenas de árboles
La estufa de leña de nuestra casa. Y nuestra casa en sí
La feria del domingo
Los asados
Montevideo y sus atardeceres
Los lunes de series
Y a muchas muchas personas más


La Paz, 2014

1 comentario:

Unknown dijo...

Viviste en Montevideo más tiempo que yo. Tres años más que yo, pero igual, Montevideo siempre va a ser mi casa, o al menos ese refugio a donde ir para recargar pilas cuando hace falta. Hace falta mucho más seguido de lo que puedo ir, pero es lindo saber que siempre va a estar ahí. Se puede viajar mucho, y conocer, e intercambiar con gente de todos lados, de todas las culturas, pero el uruguayo tiene esa cosa única que no se encuentra en ninngún otro lado. No sé qué es, y ojalá yo también tenga esa cosa que hace que todos quieran volver.
Te conocí solo un ratito en la esquina del Bar Rodó, jugando al juego de moverse y quedarse quieto. ¿Cómo se llamaba? :)
Sos divina. Cuando tengan ganas de charlar en rioplatense son bienvenidos en mi casa. Metemos una lata de leche condensada a hervir por unas horas y tarán, comemos dulce de leche.